vendredi 30 janvier 2009

Bipolaridad sí.

Cuando estudié física aprendí que hay campos de fuerza como el gravitatorio, que atrae todo hacia un punto en el espacio, o como el magnético o el eléctrico que cuentan con polo positivo y negativo.

Hace poco un maestro me dijo que yo era bipolar. Y me puse a pensar en campos magnéticos, y llegué a la conclusión de que sí, soy bipolar, pero no me muevo en un único eje. Soy una bipolar n-dimensional que navega en el tiempo regida por campos bipolares que unen:

lo posible y lo imposible
lo bueno y lo malo
lo pasado y lo futuro
lo superficial y lo profundo
el corazón y el cerebro
la vida y la muerte
el amor y el odio
el perdón y el olvido
la ingenuidad y la perversión
lo conveniente y lo correcto
la pasión y el cariño
el deber y el desear
la fantasía y la realidad
lo lejano y lo cercano
lo recto y lo curvo
lo apolíneo y lo dionisíaco
la incertidumbre y la certeza
la ilusión y el desengaño
lo presente y lo ausente
lo posible y lo improbable
lo que se anhela y lo que se tiene
lo que se quiere y lo que se consigue
el coraje y la derrota
el valor y el miedo
la renuncia y la permanencia
la soledad y la interacción
lo animal y lo humano
lo instantáneo y lo eterno
la risa y el llanto
el optimismo y la desesperanza
...

Y aquí voy.


lundi 12 janvier 2009

Hablando de la creación

Comparto este poema que Ted Hughes escribiera hacia 1970 (Cuervo. Traducción de Jordi Doce) donde explica de muy interesante manera cómo es que podrían haberse unido el primer hombre y la primera mujer.
Deberíamos jugar a especular más sobre ello para acercarnos a aclarar esa urgencia de nuestra propia primera vez.
Si algún o alguna lector(a) está interesado en leerlo en el idioma original puede solicitármelo, también cuento con esa versión.





Una travesura infantil

Los cuerpos del hombre y la mujer yacían inertes
Sobre las flores del Edén, dormitando aburridos,
Sin alma, con la mirada perdida.
Dios meditó largamente.

El problema era tan grande que lo arrastró al sueño.

Cuervo se rió.
De un mordisco partió al Gusano, el hijo único de Dios,
En dos retorcidas mitades.

Metió la cola en el hombre
Con el extremo herido colgándole por fuera.

Metió en la mujer la cabeza,
Que se arrastró hacia dentro y hacia arriba
Hasta asomarse a los ojos
Llamando a su otra mitad para que se uniera a ella
Rápido, rápido, pues Oh dolía.

El hombre se despertó viéndose arrastrado a través de la hierba.
La mujer se despertó viéndolo llegar.
Ninguno supo lo que había ocurrido.

Dios siguió durmiendo.

Cuervo siguió riéndose.


jeudi 8 janvier 2009

Una (otra) historia sin fin -Tercera parte-



Poco a poco la escuela comenzó a quedarles pequeña. Ambos habían estado en la gran ciudad y extrañaban sus calles, sus parques, sus edificios y hasta sus aglomeraciones. Comentaban sobre los sitios que recordaban e intercambiaban referencias.

Era divertido enterarse de qué hacia el otro y con quién. Cómo eran los días en los que no coincidían y, en especial, cómo habían sido todos los días anteriores, aquéllos en los que no se conocían ni soñaban con encontrarse.

No es que se contaran las vidas. Por supuesto que no caerían en eso: lo mejor estaba por venir y todo lo pasado y lo presente era casi irrelevante. En ese entonces apenas empezaban a sentirse dueños de su tiempo e hicieron planes para encontrarse en sitios comunes que se transformaban al caminarlos juntos. Ya no era la plaza, la calle o el museo en el que ella o él habían vivido algo, en adelante todo eso formaría parte de su ciudad y de su historia.

Sin saberlo, sin pensarlo siquiera, estaban comenzando una danza, un ballet, una coreografía interminable, una figura absurda, multidimensional: idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza.

Un observador diría que existe una liga inmensa que los une a la manera de un niño y una niña que juegan resorte... para siempre.

(continuará).

mercredi 7 janvier 2009

Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón

tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor

sin un temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos

estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición

mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos

pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman

como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada

las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada

ya mi rostro de vos
cierra los ojos

y es una soledad
tan desolada

Desde El lado oscuro del corazón: